Sea cual sea el método que escojamos para realizar la meditación, es muy recomendable hacer un ejercicio previo de respiración, que aquietará nuestro estado general. Este ejercicio es muy sencillo, consiste en realizar tres respiraciones profundas. La técnica es fácil, y es la siguiente:
Se inspira sin prisa, pero sin forzar la respiración, llenando la capacidad total de nuestros pulmones, primero la parte baja, después la parte media, y por último, la parte alta.
Se suelta el aire, también empezando por la parte baja, vaciamos la parte media, y por último la parte alta, intentando que dure la inspiración lo mismo que la exhalación del aire. (insistimos porque es importante: siempre sin forzar)
Después de realizar este ejercicio, ya estamos acondicionados para comenzar la relajación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario